miércoles, 19 de noviembre de 2008

Spore: el juego con música de Brian Eno


El videogame del momento cumple el objetivo más ambicioso: comenzar con una célula y crear un mundo; chequeá la tercer entrega del especial RS Digital.


Spore es el videojuego que propone hacer evolucionar una célula hasta conformar una criatura, luego una tribu y finalmente una civilización capaz de colonizar el universo. De Spore se viene hablando desde hace tiempo con una intensidad que supera el típico hype de la industria de los games. Desde 2000 y sin contar el Creature Creador –un adelanto que salió en marzo– y los 20 millones de dólares que el diario The New York Times asegura que costó desarrollarlo, Spore apareció nombrado en parva de sitios especializados, publicaciones científicas, foros de fanáticos, anuncios callejeros, postales e historietas. El juego en sí, que fue presentado en todo evento relevante desde la Game Developers Conference de 2005, tiene su canal exclusivo en YouTube. Esto es vital, porque en la industria no sólo importa el CD que uno inserta en la computadora sino todas las relaciones que rodean al juego dándole difusión viral y sentido antes, durante y después.

Otro elemento fundamental, también explotado en la previa del juego, es la música generativa compuesta por Brian Eno. La música generativa se basa en procesos que no se repiten idénticamente y conforman una obra que, de no resultar en una composición cerrada, difiere en cada ejecución. En criollo: música ambiental increíble. La trama de Spore está dividida en cinco fases. La primera es bastante corta y se llama Cell: una suerte de minigame donde uno tiene que alimentarse de microorganismos para crecer. La segunda etapa es Creatures, aquí uno diseña su propia bestia, otorgándole atributos determinados para que logre adaptarse y evolucionar. Las posibilidades son amplias: uno puede decidir desde si el ente será carnívoro o vegetariano hasta cuántos ojos, piernas y manos tendrá y, cual tamagotchi, uno se encariña con el coso. En la tercera fase, Tribal, Spore muta en un juego de estrategia en tiempo real. Sencillo, en comparación con otros del género, pero entretenido. Luego llega el cuarto estadío, Civilization, donde uno construye una cultura avanzada. Acá pueden gestarse, además de seres, vehículos, edificios y ciudades ¡Incluso puede componerse un himno nacional! La etapa cinco, la más larga y jugosa, tiene como objetivo colonizar el espacio sideral. Space, así se denomina, coquetea con el concepto de ecopoiesis: fabricar un ecosistema en un lugar estéril y sin vida.

Está disponible para PC y Mac; también hay versiones para Nintendo DS, iPod, celulares y pronto las habrá para consolas PS3, Xbox y Wii. Pero no todas son rosas en el campo del rey. Electronic Arts (EA), una empresa que es a los juegos lo que Microsoft al software, y que también enfrenta juicios por competencia desleal, colocó en Spore un agresivo sistema de protección antipiratería. Los usuarios no ocultaron su irritación, y el juego obtuvo pésimas calificaciones en tiendas como Amazon. Por ende, las expectativas de venta cayeron. Aun así, EA, que ya lanzó una expansión para la etapa Space, asegura que vendió un millón de copias en la primera semana. Esa pregunta que Borges formuló en su poema "Ajedrez" –"Qué Dios detrás de Dios la trama empieza"– cobra un nuevo sentido con Spore, la nueva forma de jugar a Dios.

Por Ignacio Román

Mirá el trailer de Spore:

http://www.youtube.com/watch?v=jVH9Q8M8eaQ&eurl=http://www.rollingstone.com.ar/nota.asp?nota_id=1069294


Fuente: rollingstone.com.ar




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