Fuente: Diario de Alcalá
Miércoles 13 de enero de 2010
Noelia Torres -
Ya desde niño la música le atrajo como hicieron las sirenas con Ulises, “mis padres me regalaron un teclado Casio PT 1. Ése fue mi primer instrumento para hacer ruido”. De hecho a los 17 años y con un grupo de amigos, dio un concierto de música generada por ordenador haciendo que Alcalá se moviera, por primera vez, al son del ritmo electrónico. Ha llovido mucho desde aquello, sin embargo gracias al empeño de ganarse la vida a través de su pasión, Karim Shaker ha llegado a convertirse en uno de los productores musicales y DJ más talentosos, festivos y populares del panorama de la música electrónica.
Los más de 50 discos en el mercado y el medio centenar de países que le han visto pinchar sus creaciones, avalan a este alcalaíno, que junto a su socio Simón García, hicieron bailar en la calle a más de 200.000 personas en las pasadas fiestas del Pilar de Zaragoza; clausuraron una de las jornadas del Rock in Rio en 2008, compartiendo cartel (y quien sabe si camerino) con Amy Winehouse, Jamiroquai y Shakira; e incansables, fueron cabeza de cartel del festival Space of Sound en Año Nuevo 2010, además de haberle puesto la banda sonora al último anuncio de Axe, dedicado al mismo evento.
Bajo su nombre comercial Simon&Shaker, Karim lleva produciendo su propia música, que se balancea entre el estilo underground y otros más masivos, desde el año 2000, cuando “Simón y yo grabamos una maqueta en cassette y la hicimos llegar a los DJ de la discoteca madrileña Kapital. Les gustó, una cosa llevó a la otra, y comenzamos a hacer nuestras propias creaciones bajo nuestro sello discográfico State Recording” recuerda el productor que confiesa, además, que los comienzos no fueron fáciles: “Empezamos en una época en la que la sociedad no veía bien eso de vivir de la música. Era todo más estricto y no recibías el apoyo de todo el mundo. Menos mal que la familia siempre ha estado ahí”, apunta. Y dispara, porque este joven artista donde pone el ojo pone la bala. Fue el principal precursor de la música electrónica en la ciudad complutense, “me empeñé en pinchar en una sala llamada Karma, incluso lo hacía gratis al principio, y empezó a calar en la ciudad un movimiento de música de baile. A raíz de eso decidí abrir un club en la zona del centro comercial Boisand. Fue el primero de Alcalá que ofertó ese producto”.
Shaker hace, a vista de pájaro, un balance de la situación que vive actualmente la noche alcalaína y aunque es optimista y ve las virtudes de la urbe, también es crítico y analiza sus vicios. “Creo que Alcalá es una ciudad con muchas posibilidades para ofertar estilos diferentes pero aunque parezca que es muy progresiva, no está tan avanzada. Hay un núcleo conservador que ralentiza la evolución”. ¿Cree que la gente sigue asociando la música electrónica con el consumo de drogas? “Creo que la gente puede beber o consumir en cualquier local y con cualquier tipo de música. Pienso que no hay que estigmatizar el mundo de las salas de baile”.
Con un lema claro “la creatividad es esencial en este mundo”, Karim Shaker sigue trabajando como el primer día sumergido en el mundo de los ritmos. Dice que la tecnología no tiene puertas y reconoce que a él, eso de que cada vez sea más accesible para todo el mundo crear música de baile, no le importa porque hace que haya más competencia, y eso, más calidad para poder destacar. “El mundo de la música tiene cierto punto de incertidumbre. Su comercialización, las ventas, es algo a tener en cuenta”.
¿Y qué opina un creador de música sobre el derecho del ciudadano a la copia privada? Shaker aboga por que cualquier creador, ya sea de música o artes y audiovisuales tiene el derecho a gestionar su obra como quiera. “Si quiere cobrarla o regalarla, pues que lo cobre o que lo regale. Pero el que defiende la libertad completa es porque no tiene en cuenta el esfuerzo que le supone al creador hacer lo que hace”, concluye.
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