martes, 17 de marzo de 2009

Radiohead & Kraftwerk

Fuente: Letras Libres: Blog de la Redacción (seguir link para acceder a la reseña completa)

Autor: José Homero

Radiohead: Consagrando la primavera

Si uno de los avatares posibles de la seducción es la coqueta fría –estilo Andy Warhol, acota Robert Green–, Kraftwerk son la perfecta manifestación de la seducción por el rechazo: reacios a las emociones, apenas alteran sus posturas, no parecen moverse un ápice de su posición ante las computadoras en pedestales. La calidez está en otra parte: en las proyecciones de figuras geométricas, iconos y secuencias que insisten en reiterar que Kraftwerk, alguna vez un grupo de avanzada que avizoraba el pop del año 2000 –dominado por computadoras y voces sin matices–, se ha convertido en un grupo de retrofuturismo.

Hay una perfección en su concierto acorde a esa ambición robótica y maquínica. No hay respiro, silencios o titubeos. Dura sesenta minutos sin apenas tiempo muerto en las transiciones. El diseño del concierto muestra una progresiva complejidad. Comienza con melodías simples y mecánicas hasta lograr uno de los momentos cumbres en el soul tecno, sin cuya lección Pet Shop Boys, Soft Cell y claro, los robots ingenuos de Daft Punk, no habrían nunca existido. Soul que permite la transición hacia la mejor canción del grupo: “Radio Activity”, clímax de su set, pasando antes por “TransEurope Express”. Una nota irónica: el grupo toma un respiro y en su lugar quedan maniquís –la diferencia no es mucha, excepto porque los maniquís sí mueven las manos. Suenan las notas de “Los robots” y en la pantalla se lee, “estamos recargando nuestras baterías”. Tras asentar que la música no se detiene (“Music Non Stop”), como emblemático corolario a un grupo cuya aspiración es el continuo, este cuarteto de modesta perfección se permite un gesto simpático. Mientras descienden del escenario, Ralf Hütter dice “Gute Nacht”, buenas noches. (...)

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